Es necesario revisarse de forma periódica la presión intraocular. En el caso de que ésta sea alta, es preciso realizar un examen del campo visual para valorar el posible daño sufrido por el nervio óptico. Cuando éste ya está lesionado necesita una presión más baja que un nervio óptico sano. Si los resultados del campo visual son dudosos, se pueden realizar otras pruebas más especializadas para establecer el grado de afectación y el mejor tratamiento a seguir.
Hay una gran variedad de fármacos en forma de colirios para disminuir la presión intraocular. La forma más sencilla de aplicar un colirio es tirar con un dedo hacia abajo del parpado inferior, mientras que con la otra mano se suministran las gotas del medicamento.
Cuando esto no funciona bien existen tratamientos con láser que pueden ayudar.