El párkinson es una enfermedad que se caracteriza por la falta de producción de la dopamina, una sustancia química producida en el cerebro por las células nerviosas (neuronas), la cual es responsable de ayudar a los movimientos del cuerpo.

Los principales síntomas del párkinson son los temblores en las manos, los brazos, las piernas, la cara y la mandíbula, la rigidez en brazos, piernas y el tronco, problemas de coordinación y equilibrio y lentitud en los movimiento.

Pero además de todo lo anteriormente mencionado, esta enfermedad también puede afectar a la salud visual.

Estos son los síntomas visuales y efectos del párkinson sobre la visión:

  • Visión borrosa y dificultad para enfocar objetos.
  • Sequedad y vista cansada provocada por la disminución del número de parpadeos.
  • El párkinson también puede provocar espasmos oculares involuntarios, que aumenta el parpadeo y en consecuencia un lagrimeo excesivo.
  • Disminución de la capacidad para diferenciar grises (contraste) y los colores de los objetos, sobre todo en condiciones de poca luz.
  • Alucinaciones visuales con las que se pueden llegar a ver imágenes, objetos o estímulos exteriores que la mente percibe sin que realmente existan.
  • Pérdida de agudeza visual.
  • Visión doble.
  • Alteración viso-espacial y perceptiva que no permita definir bien dónde están los objetos en el espacio o reconocer formas, tamaños o colores.

Estas alteraciones pueden afectar a la calidad de vida del enfermo impidiendo o dificultando la posibilidad de realizar tareas cotidianas como pueden ser leer, conducir, reconocer expresiones faciales, moverse en espacios en los que haya poca luz…

Algunos de estos síntomas pueden estar provocados por el efecto de los medicamentos, por eso desde Vista Oftalmólogosrecomendamos acudir al especialista y a sus revisiones con el oftalmólogo, para que ambos profesionales puedan encontrar una solución y proponer el tratamiento más adecuado para disminuir estos síntomas según las necesidades del paciente.