Un elemento esencial para disfrutar de la nieve y de los deportes de invierno es la adecuada protección de la salud visual.
La temporada de frío da comienzo y con ella las estaciones de esquí tanto de España como de Andorra abrirán próximamente sus puertas. Para prepararnos de forma correcta, no solo hay que prestar atención al equipamiento adecuado, también la protección de los ojos es esencial, para desarrollar la actividad sin desagradables contratiempos.
Teniendo en cuenta que la nieve refleja el 80% de los rayos UV y a medida que va aumentando la altitud, también lo hace la radiación solar, en torno al 10% cada 1000 metros, la protección de los ojos y la piel se hace imprescindible. Además, esto se debe tener en cuenta ya no solo para disfrutar esquiando, también para paseos o rutas senderistas por la montaña. De hecho, uno de los errores más frecuentes de algunos amantes del esquí, que sí protegen de forma adecuada sus ojos al practicar la actividad, es prescindir de las gafas cuando se está fuera de pista dando un paseo en un entorno donde hay nieve. Y no debemos olvidar que el reflejo de la nieve y la radiación son exactamente los mismos.
¿Cómo elegir unas buenas gafas?
Lo primero es, sin ningún lugar a dudas, adquirirlas en un establecimiento autorizado. De esta forma, podremos ser asesorados por un profesional que nos recomiende las gafas que más se ajusten a nuestras necesidades. Además, nos aseguraremos así de que están homologadas y cumplen las normas ISO sobre protección y llevan el sello de la CE.
Quienes tengan algún defecto de refracción, pueden combinar las gafas con los filtros adecuados (que bloqueen el 99-100% de la radiación UV-A y UV-B) con la utilización de lentes de contacto. O gafas de deporte graduadas e individualizadas.
Deben dar cobertura a las zonas laterales de la cara, las sienes, para proteger también esta zona de la radiación.
Atendiendo a estas recomendaciones podremos disfrutar de las actividades en la nieve sin poner en riesgo la salud ocular.