En Extremadura, entre un 70% y un 75% de las personas con síndrome de Down presentan problemas oculares.

El síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra o una parte de él. Las personas con síndrome de Down presentan tres cromosomas en el par 21, donde habitualmente hay solo dos.

En Extremadura hay unas 700 familias aproximadamente con hijos/as o familiares con síndrome de Down. Aproximadamente entre un 70% y 75% de las personas con síndrome de Down presentan problemas oculares. Los más frecuentes son la refracción, miopía, hipermetropía y estrabismo. Otros problemas como las cataratas, pueden estar presentes en el nacimiento o desarrollarse a lo largo de la vida.

Normalmente, en el caso de los niños, el diagnóstico inicial se hace desde el área de pediatría del servicio de salud, y después derivan al servicio específico de oftalmología para revisión y graduación. Las revisiones oftalmológicas suelen ser anuales. No son pocos los casos que se detectan en el servicio de Atención Temprana o en los primeros cursos del proceso de escolarización.

La Atención Temprana se contempla en la actualidad como una atención global prestada al niño y a su familia en los primeros meses o años de su vida, como consecuencia de alteraciones en su desarrollo o bien por una situación de alto riesgo. Esta atención consiste en un tratamiento de estimulación, además de una intervención social, a través de la puesta en marcha de los servicios comunitarios para influir directa e indirectamente en el funcionamiento de los padres, de la familia y del propio niño. Atendiendo al tema oftalmológico, desde los servicios de Atención Temprana, debe haber una coordinación efectiva con los servicios de salud, a través de la cual se deriven casos en los que se detecten sospechas de dificultades oftalmológicas como compensaciones posturales o conductas sociales desadaptativas.

Objetivos de los programas de Atención Temprana.

El principal objetivo de los programas de Atención Temprana es que los niños que presentan trastornos en su desarrollo o tienen riesgo de padecerlos, reciban todo aquello que desde la vertiente preventiva y asistencial pueda potenciar su capacidad de desarrollo y de bienestar, posibilitando de la forma más completa su integración en el medio familiar, escolar y social, así como su autonomía personal (Libro Blanco de la AT).

De aquí se desprenden los siguientes objetivos:

  • Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
  • Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
  • Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.
  • Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
  • Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño. Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.

 

Artículo sobre «Experto invitado», de la revista corporativa nº6 de Vista Oftalmólogos.

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