Uno de cada cinco niños presenta o presentará problemas de visión, una elevada cifra que debe alertar a los padres.

La Academia Americana de Oftalmología calcula que al menos uno de cada cinco niños en edad escolar necesita un tratamiento para corregir sus problemas visuales. Un diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado, permitirán corregir eficazmente los problemas de visión del niño y mejorar su agudeza visual.

¿Cuales son las patologías visuales más frecuentes en la infancia?

Una de las patologías más frecuentes en niños es la ambliopía: la ambliopía es la pérdida de agudeza visual en uno de los ojos. Es de origen funcional. El ojo amblíope pierde capacidad de visión sin que exista una causa orgánica. El oftalmólogo propondrá una solución adecuada para recuperar la agudeza visual, una vez haya determinado las causas. La reeducación visual en niños de entre 2-3 años es muy eficaz. Pero a medida que el niño crece, es más difícil. Es importante detectar esta patología ante de los 8 años, que es cuando la vista se desarrolla por completo.

Las anomalías refractivas como la hipermetropía, la miopía o el astigmatismo, son también muy frecuentes en niños. Aunque inicialmente no son problemas importantes, pueden agravarse si no son corregidos a tiempo.

El estrabismo, es una alteración de la visión binocular que supone la desviación del alineamiento de los ejes oculares, provocando que los ojos miren en direcciones distintas. Afecta al 4% de los niños, y es necesario corregirlo lo antes posible. El estrabismo puede aparecer desde el nacimiento, durante los primeros meses de vida o entre el primer y tercer año. Para no ver doble, el niño solo utiliza un ojo, con el consiguiente riesgo de desarrollar una ambliopía.

El daltonismo es una alteración de origen genético que provoca dificultad para distinguir algunos colores. El daltonismo es habitualmente hereditario, afecta sobre todo a los varones. Se estima que el 8 % de los hombres y menos del 1 % de las mujeres tienen problemas de visión de los colores.

Finalmente, hay otras anomalías que pueden considerarse más raras; tal es el caso de la catarata del niño, patologías en las vías lagrimales o el glaucoma congénito, que pueden llegar a ser severas, por lo que habrá que tomar medidas rápidamente.