¿Sabías que el estrés puede afectar seriamente a la visión? Esta condición afecta de manera nociva a nuestro organismo, sobre todo si ocurre de forma continuada.

El estrés es una respuesta física o mental a un estímulo o presión. Un sentimiento de tensión física o emocional que prepara al organismo para la acción. Generalmente para el ataque o la huída, en tiempo de nuestros ancestros más primitivos, ante la amenaza de depredadores u otros agresores. Sin embargo, trasladado al momento actual, donde esas amenazas “reales” ya no tienen lugar, tiene un componente desadaptativo. Hemos aprendido a sustituir ese ”estrés real” por exigencias diarias, inseguridades y temores, que en la mayoría de las ocasiones tienen más que ver con la manera en la que enfrentamos un suceso que con el propio suceso en sí. 

Todo ello genera en nuestro torrente sanguíneo un exceso de cortisol, la conocida como “hormona del estrés”, que tiene efecto en prácticamente todos los órganos y tejidos del cuerpo. Cuando esta hormona se encuentra de forma equilibrada en nuestro organismo,  todos nuestro sistemas funcionan de forma armónica, pero en dosis elevadas y especialmente mantenido en el tiempo, produce efectos muy negativos en cada una de nuestras células como si nuestro cuerpo estuviera en una lucha interna en todo momento. 

¿Cómo afecta el estrés a la visión?

El ojo es uno de los órganos más delicados del cuerpo humano, por lo que se ve expuesto a sufrir de forma colateral muchas de las complicaciones, condiciones o enfermedades que se desarrollan en otras partes del organismo. 

Los factores emocionales pueden repercutir en la función visual, aunque no la afecten de forma directa. Esto se manifiesta en nuestra vista de diversas maneras:

  1. Tics en los ojos. Se percibe como una pequeña vibración en el párpado producida por una contracción involuntaria del músculo, concretamente el músculo Müller, responsable de elevar el párpado. Los tics son una de las manifestaciones más habituales del estrés en relación con la vista.
  1. Visión borrosa. El estrés, en un nivel elevado, provoca un aumento de la presión arterial y la hiperventilación del organismo, lo que puede contribuir a que la visión sea borrosa. 
  1. Aura visual. Las auras visuales son alteraciones visuales, como haces de luz en forma de zigzag, que generalmente son la antesala del dolor de cabeza o de un episodio de migrañas. El estrés puede ser un desencadenante en la aparición del aura visual.
  1. Visión de túnel. También conocido como pérdida de visión periférica. Es una afección que repercute en la percepción visual del entorno y aparece bajo situaciones de alto estrés y activación, prestando atención de forma exclusiva a la amenaza que se percibe. Se ajusta el foco visual a donde tenemos la atención, discriminando el resto de estímulos.
  1. Inflamación de párpados o blefaritis. Es una inflamación del borde del párpado que provoca picor, quemazón, enrojecimiento o sensación de arenilla. Generalmente es asociada a la sequedad ocular. 
  1. Fatiga ocular. El elevado número de horas delante de pantallas, en distancia corta y sin descanso provoca, en numerosas ocaciones, una sensación de pesadez muy incómoda.

Disminuir los niveles de estrés contribuirá a mejorar la salud en general y la salud visual en particular.

Ante los síntomas anteriormente mencionados, no dudes en solicitar una cita con nuestros especialistas de Vista Oftalmólogos.