Permanentemente solicitado, el ojo sufre múltiples agresiones. Por tanto, es indispensable protegerlos y prevenir los problemas y enfermedades que pueden aparecer a lo largo de la vida. Revisar la vista periódicamente y protegerse es esencial para gestionar su “capital visual”.
Desde la infancia a la vejez nuestra vista evoluciona y nuestros ojos son expuestos a situaciones y riesgos diferentes. Con la evolución del modo de vida, van apareciendo otros riesgos que hay que tener en cuenta adoptando ciertas precauciones o hábitos.
En nuestros días, por ejemplo, el desarrollo urbanístico nos empuja a una vida más en el interior, lo que aumenta significativamente los casos de miopía. Igualmente, el uso prolongado de pantallas digitales produce fatiga visual y favorece la aparición de ciertos problemas de la visión. Afortunadamente, paralelamente a la aparición de estos nuevos problemas, están surgiendo las soluciones. Hay que seguir trabajando en tareas de sensibilización, favorecer los diagnósticos precoces y proponer necesidades adaptadas y accesibles para cada casuística.
Preservar la salud visual
La vista es una función esencial para aprender, trabajar, desplazarse y conducir, así como desarrollarse socialmente. Así pues, es importante gestionarla como un capital a proteger y cuidarla en función de la edad, el modo de vida o las actividades que realizamos:
1. Revise regularmente su vista.
Desde la infancia, hay que revisar la visión de los bebés atendiendo a las recomendaciones dadas en las cartillas sanitarias desde el nacimiento. Es muy importante detectar problemas visuales durante este periodo, porque, de no tomar medidas, pueden agravarse en los años venideros.
A partir de los 18 años, es necesario continuar con los controles visuales. Si el máximo de agudeza visual se obtiene entre los 10 y 15 años, los ojos comienzan a degradarse después de alcanzar la edad adulta. Por tanto, es recomendable visitar al especialista cada 12 o 18 meses en este periodo.
A partir de los 40 o 45 años, se recomienda continuar con las revisiones, sobre todo para detectar lo más pronto posible la aparición de la presbicia, muy frecuente en este tramo de edad.
Más allá de los 60, es muy importante detectar posibles riesgos de glaucoma, cataratas o degeneración macular asociada a la edad.
2. Gestos cotidianos para su salud visual
Es recomendable protegerse de los rayos ultravioletas utilizando gafas de sol (con el marcado CE y nivel de protección de 2 a 4).
Las personas expuestas a la luz de las pantallas de ordenador deben hacer pausas cada 20 minutos y, en caso de ojos secos, hidratarse los ojos con suero fisiológico. Del mismo modo, las personas que trabajen en determinados entornos con riesgos, deben hacerlo equipados con gafas protectoras.
3. Corregir la visión con una prescripción adaptada a su defecto visual
Para cada problema de la visión y para cada necesidad, hay una solución. Al igual que los problemas evolucionan, también lo hacen las soluciones, por lo que es necesario acudir a revisiones periódicas para adaptar las medidas correctoras. De hecho, un problema de visión puede verse agravado por una medida correctora inapropiada.