Los ojos de Van Gogh no tenían ningún problema como tal, pero según apuntan algunas teorías, el consumo de determinadas sustancias, le hacía ver amarillo.

Una bebida muy popular entre los artistas de la época, la absenta, tenía esta propiedad si se consumía en grandes cantidades. Y, aunque el gusto de Van Gogh por esta bebida era de sobra conocido, es probable que no llegara a alterar la percepción del pintor.

Igualmente, se cree que también tomaba santonina, un medicamento derivado de una planta para ayudar a hacer la digestión. Porque nuestro célebre pintor tenía, cuanto menos, un apetito extraño, como cuenta Jean Milot: “Parece que tenía ciertos gustos raros para comer cierto tipo de cosas. Todo apunta a que padecía el síndrome de Pica  (patología alimentaria que consiste en el impulso irrefrenable de algunas personas por comer sustancias no destinadas al consumo humano). Parece que comía sus pinturas, sus pinceles, bebía absenta, bebía trementina. Todos los que tenían problemas de digestión tomaban santonina y Van Gogh no era diferente. Y la santonina, hace ver amarillo”.

Por otro lado, el doctor Pay-Ferdinand Gachet, que trataba a Van Gogh por su epilepsia, le prescribió digital (digitalis purpurea), una planta que también tiene la propiedad de hacer ver amarillo.

“Van Gogh se preguntaba: “¿Por qué hay tanto amarillo en mis cuadros?”. Hay todo un simbolismo asociado al amarillo, y también una elección libre asociada a este color. Si era completamente patológico, él asumió su patología y sacó provecho de ella”.

Van Gogh decía: “Puede ser que vea las cosas en amarillo y, por tanto, para mi el amarillo significa alegría, reposo”. Cuando preparaba una habitación para Gauguin, que venía a verlo, dijo: “Le haré dos girasoles a cada lado y los pondré en la pared. Serán amarillos, porque simboliza la paz, el reposo. Es una habitación para dormir, por tanto, es lo que hace falta en ella”.

Una conclusión que comparte el historiador del arte François-Marc Gagnon: “Lo que es magnífico, es la manera en que ha logrado utilizar esta dificultad y transformarla en algo válido, que solo puede ser considerada como una obra maestra.