La primavera llega puntualmente como cada año a finales de marzo y con ella, aparecen las molestias o reacciones alérgicas que padecen numerosas personas.

La primavera es una de las mejores épocas del año: la temperatura sube, las horas de luz aumentan y los campos y calles se llenan de un agradable y variado colorido. Pero también esta maravillosa estación, tiene un efecto directo sobre el organismo y trae consigo diversas molestias a nuestro estado de salud general y de los ojos en particular. Gran parte de la población experimenta cansancio generalizado, estornudos, dolor de cabeza o tos. La alergia afecta al 25% de la población y el pronóstico no es muy esperanzador, ya que se estima que en un futuro  la padecerán 1 de cada 2 personas.

En el caso de los ojos, al ser órganos excesivamente expuestos a agentes externos con la mínima protección, es frecuente experimentar diversos síntomas como consecuencia de la llegada de la nueva estación. De hecho, son uno de los órganos que más sufren el cambio estacional. Los más frecuentes son : picor, congestión nasal, enrojecimiento, fotofobia, ojos llorosos o sensación de tener un cuerpo extraño en el ojo. Las alteraciones oculares más frecuentes en primavera son:

Conjuntivitis alérgica.  Es una inflamación de la conjuntiva, que también es conocida como queratoconjuntivitis atópica. Aumenta en su forma estacional con la aparición de alérgenos propios de la primavera como son el polen y las esporas de moho.

Ojo seco. El cambio de temperatura y la presencia de polen en el aire, reseca el ojo. Si a esto añadimos el exceso de uso de dispositivos electrónicos,  nuestros ojos pierden lubricación y eventualmente la visión disminuye.

Recomendaciones para reducir los síntomas.

  • Evita frotarte los ojos. Tus manos pueden contener alérgenos y, además, puedes dañar tu córnea.
  • Utiliza gafas de sol para proteger tus ojos del polvo y partículas tan abundantes en esta época.
  • Mantén las ventanas cerradas cuando viajes en coche.
  • Aplícate lágrima artificiale para humedecer tus ojos y limpiarlos de posibles alérgenos.
  • Lava tus manos con frecuencia.
  • Procura tener una higiene adecuada.
  • Cambia los filtros del aire acondicionado.
  • No te automediques.
  • No olvides visitar a tu oftalmólogo al menos una vez al año para una revisión de tu salud ocular.