La conjuntivitis es una afección molesta y extremadamente contagiosa que representa uno de los principales motivos de consulta al especialista.
La conjuntivitis es una enfermedad muy común, que consiste en una infección de la membrana transparente, la conjuntiva, que recubre el interior de los párpados y una parte del globo ocular. Generalmente es debida a un virus (adenovirus) o a una bacteria (estafilococo, estreptococo, neumococo, haemophilius), pero también hay conjuntivitis de origen alérgico.
Es uno de los problemas oculares que pueden afectar tanto a adultos como a niños. Generalmente es leve y fácil de tratar, aunque muy molesta. Los síntomas más frecuentes son: enrojecimiento e inflamación de la conjuntiva, lagrimeo constante, picor, secreciones oculares o legañas y costras en los párpados.
Por ser una afección muy contagiosa hay que tomar precauciones para evitar que se propague a otras personas. Estas son algunas recomendaciones:
- Lavarse las manos agua y jabón de forma frecuente.
- Evitar tocarse y frotarse los ojos.
- Evitar utilizar lentes de contacto.
- Limpiar la secreción alrededor de los ojos varias veces al día. Posteriormente lavar las manos con agua y jabón.
- No compartir toallas, sábanas, fundas de almohada, gafas, productos cosméticos o cepillos.
- Lavar la ropa de cama con agua caliente y detergente y lavarse las manos después de su manipulación.
- Lavarse las manos después de aplicar gotas o pomadas en los ojos.
- No utilizar el mismo bote de dispensador de las gotas para ambos ojos si uno tiene infección y el otro no.
- Evitar meterse en la piscina hasta que la infección haya desaparecido.
- Intentar no reutilizar los pañuelos desechables.
- Taparse la boca al toser.
- Es recomendable que los niños en edad escolar eviten ir a clase mientras dure la infección.
Muchas de estas medidas también son recomendables cuando una persona no quiere contagiarse de conjuntivitis.