Según la técnica utilizada, el examen del fondo de ojo realizado por un oftalmólogo, puede no superar los dos minutos o durar aproximadamente media hora. En el segundo caso, es necesario dilatar la pupila. En las 2-4 horas siguientes, los pacientes no podrán conducir.

Cada vez que vamos al oftalmólogo, este realiza una serie de exámenes: controla nuestra visión, mide la tensión de nuestros ojos y observa nuestra retina, membrana fina y transparente destinada a recibir las impresiones luminosas que libera la visión. Tanto la retina, como la papila óptica o disco óptico (extremidad del nervio óptico), serán analizados en un examen del fondo de ojo.

¿Para qué sirve?

El fondo de ojo es un examen muy útil para diagnosticar enfermedades del ojo, pero también para el control de afecciones como la diabetes o la hipertensión arterial. El oftalmólogo va principalmente a verificar que no padecemos DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) o glaucoma.

En las personas con miopía, en las cuales la zona periférica de la retina puede estar delgada y/o frágil, el médico se asegura que no haya riesgo de desprendimiento de retina.

Tres técnicas diferentes

El examen del fondo de ojo es rápido e indoloro. Puede realizarse aplicando tres técnicas:

– La primera técnica consiste en proyectar una pequeña luz a través de nuestra pupila con la ayuda de un oftalmoscopio.
– Un segunda técnica, siempre en contacto con el ojo, se basa en la observación de nuestra retina con la ayuda de una lente convexa.

Estas dos técnicas sólo duran unos minutos.

– La tercera técnica será utilizada cuando el especialista necesite obtener una visión completa (central y periférica) de nuestro fondo de ojo. El examen va a ser un poco más largo (aproximadamente media hora) y, previamente, nos dilatarán las pupilas. Unos veinte minutos después de la aplicación de las gotas que nos dilatan las pupilas, el profesional utilizará una lente con tres espejos situada en el ojo, para examinar la retina. Puede ser una prueba un poco desagradable, pero el uso de un colirio anestésico hace que no sea dolorosa.

Como consecuencia de la dilatación de la pupila, nuestra visión será borrosa, pero la recuperaremos totalmente pasadas 2 o 4 horas después de la prueba. Por tanto, lógicamente, durante ese lapso de tiempo no podremos conducir ni regresar al trabajo. Teniendo en cuenta esto, es más que recomendable acudir acompañado a esta prueba.

Frecuencia y contraindicaciones

Salvo que ya tengas alguna afección que requiera una frecuencia diferente, es recomendable visitar al oftalmólogo cada 5 años entre los 15 y los 40 años, cada 2 años entre los 45 y los 65 años, y una vez al año pasados los 65. Cuando se tenga constancia de problemas de retina, el examen de fondo de ojo debe efectuarse una vez al año, y cada dos años en caso de problemas de visión (miopía, hipermetropía…).
El examen de fondo de ojo puede realizarse a cualquier edad, ya que no presenta ningún tipo de contraindicación.

 

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