La revista Science&Vie dedicaba un dossier completo a la evolución de los problemas de visión y a los “nuevos milagros de la medicina”. Según esta publicación “entre el año 2000 y el 2020, se doblará el número de pacientes de determinadas patologías”. Por ejemplo, en Francia, pasarán de aproximadamente 1,5 millones de personas afectadas por DMAE, a más de 3 millones en 2020. Igualmente, 5,6 millones de personas tendrán cataratas y 1,7 millones, glaucoma. Esta revista habla de una verdadera “epidemia” que afectará a todo el planeta.

La toma de consciencia tardía de un problema exponencial

Los problemas de visión están, a menudo, asociados a la edad. No es sorprendente, por tanto, que el número de casos aumente en tanto que la esperanza de vida se alarga. Naciones unidas estima que la esperanza media de vida en 2050 sea de 76 años (frente a los 45 años, por ejemplo, en los años 50).

Con la edad la retina y el cristalino son los primeros afectados por el paso del tiempo. Hasta los 80 años un ojo puede permanecer intacto, pero, a partir de ahí, todo se complica.

Si los especialistas prevén un incremento del 14% en las enfermedades refractivas (miopía, presbicia…), es más inquietante la evolución de las enfermedades que afectan a la retina y al cristalino, donde el número de casos se multiplica: en los países desarrollados “la DMAE afecta ya al 10% de la población de más de 50 años y al 25% de los mayores de 80, convirtiéndose así en la primera causa de discapacidad visual”. En muchos países desarrollados, el número de pacientes con DMAE se multiplicará por dos en los próximos 20 años. Lo mismo sucede con las enfermedades de la retina y las cataratas. Para estas últimas, el número de operaciones aumenta en 2000 por año.

La vista muy afectada por el entorno

Sin embargo, el envejecimiento de la población no justifica todo. Las conexiones entre las enfermedades oculares y la nutrición o el entorno, se van descubriendo poco a poco cada día. Desde 2008 una nueva hipótesis cobra fuerza: el poco tiempo que pasamos en el exterior afecta a nuestra visión. Ian Morgan, de la Universidad de Canberra (Australia), ha comparado la forma de vida de los niños asiáticos que viven en Sidney y en Singapur, y destaca que “el único factor que podría explicar la prevalencia de la miopía entre ellos, es el tiempo que pasan en el exterior”. La luz natural tendría, por tanto, un efecto preventivo respecto a la aparición de la miopía.

A parte del tabaco, una alimentación pobre en omega 3 y en antioxidantes, tendría influencia en la aparición de la DMAE. De este modo el riesgo se reduce casi a la mitad con una dieta rica en omega 3, y un 25 con alimentos ricos en antioxidantes. Igualmente, algunas teorías indican que la luz azul de determinadas pantallas que utilizamos habitualmente, podrían ser la causa de la muerte de las células de la retina de algunos animales con los que se ha experimentado.

De momento, ningún estudio ha permitido evaluar precisamente los impactos de ninguno de estos factores sobre nuestra visión, pero parece evidente que, al final, será necesario que modifiquemos algunos comportamientos y que los oftalmólogos, junto con otros profesionales de la visión, estarán cada vez más solicitados para tratar y prevenir determinados problemas de visión.

 

 

Grupo Vista Oftalmólogos