Nuestros ojos pueden distinguir más detalles que cualquier objetivo fotográfico. Sin embargo, nuestro campo de visión es mucho más reducido. Estamos en la época de las pantallas 8k y del Youtube que lee videos de 4k. ¿Qué pasa con el ojo humano?

En clarckvision.com se hicieron la siguiente pregunta: ¿Cuál sería la resolución del ojo humano si fuera una cámara de fotos? En una publicación, esta plataforma realizó multitud de cálculos y llegó a la conclusión de que nuestro ojo tendría una resolución de 576 megapíxeles. Sin embargo, la respuesta no es tan simple.

De hecho, algunos medios afirman que estos cálculos han sido ligeramente modificados. ¿Por qué? Simplemente porque el funcionamiento del ojo humano es muy diferente al de una cámara fotográfica. Esta última registra íntegramente todos los píxeles de forma simultánea, mientras que nuestro debe desplazarse y barrer todo lo que ve para ensamblar una imagen. Por tanto, el campo de visión es demasiado irregular como para igualar las posibilidades de una cámara. ¡Pero, no os decepcionéis!

De hecho, nuestra visión tiene imperfecciones que no serían aceptables para una cámara fotográfica actual. Aunque nuestro campo visual abarca 180 agrados, nuestros ojos ven de forma óptima únicamente en un rango de 2 a 3 grados a partir del centro del campo de visión, muy lejos, por tanto, de la visión panorámica. A medida que nos alejamos del centro de visión, los colores se desvanecen. Además, debemos tener en cuenta que tenemos dos ángulos muertos, uno por ojo).

Así, la resolución de un solo ojo (sin afecciones o enfermedad visual), que mirara una escena completamente inmóvil sería solamente de 7 megapíxeles de media. Por tanto, aunque nos alejemos de la resolución indicada al principio, un solo ojo humano inmóvil es más potente que la óptica de un smartphone de bastante calidad.

En definitiva, más allá de la curiosidad de los cálculos, no es muy apropiado hacer una comparativa sobre resolución, dado que el ojo humano no ve el mundo en píxeles. El ojo no es una máquina que toma una imagen, sino un video en flujo continuo. Vemos muchas imágenes la mismo tiempo. Y, al contrario que una cámara de fotos que guarda sus imágenes en una memoria, nuestros ojos trabajan permanentemente completando los elementos que faltan en nuestro campo de visión reducido, para construir una imagen más o menos fiel a la realidad. El cerebro se ocupa de trabajar la información y llenar algunos “huecos” imaginando, de manera imprecisa, los colores y las formas de lo que no ha visto.

Es por esto, que lo que vemos nunca es totalmente la realidad, sino una composición que hace nuestro cerebro a partir de percepciones y sensaciones visual. Del mismo modo, una foto, que es una versión plana de un mundo en 3D, no podrá jamás parecerse a lo que observan nuestros ojos. Mientras que la de las cámaras es una visión con una resolución perfecta, la nuestra es alterada y compleja.