Hoy 10 de mayo se celebra el Día Mundial del Lupus, una enfermedad que afecta a más de 5 millones de personas en todo el mundo y que también tiene consecuencias en nuestra salud ocular.
El lupus es una enfermedad autoinmune en la que el mismo sistema inmunitario ataca las células y tejidos sanos de forma errónea. Esto puede dañar cualquier órgano o tejido del cuerpo: articulaciones, piel, riñones, corazón, pulmones, vasos sanguíneos, cerebro, incluso el ojo, que puede verse afectado debido a la respuesta inflamatoria. En gran número de ocasiones, los síntomas oculares son visibles antes del desarrollo clásico de la enfermedad, lo que permite un diagnóstico precoz.
Esta enfermedad puede ser difícil de diagnosticar ya que sus signos y síntomas son, por norma general, similares a los de otras enfermedades. La señal más distintiva del lupus es una erupción cutánea en el rostro similar a las alas abiertas de una mariposa en ambas mejillas, aunque no tiene porqué presentarse en todos los casos.
A pesar de que cualquier persona puede padecer lupus, son las mujeres las que más riesgo tienen de padecerlo y generalmente se suele diagnosticar en personas de entre 15 y 45 años.
Los síntomas del lupus pueden aparecer y desaparecer, estos son los denominados “brotes”, los cuales pueden ser severos o leves, pero además nuevos signos pueden aparecer en cualquier momento.
Síntomas en los ojos de Lupus:
Hay que tener en cuenta que los síntomas pueden variar de un paciente a otro, pero entre las manifestaciones más comunes en los ojos podemos encontrar: ojos pesados, sensación de arenilla, queratitis (inflamación de la córnea), escleritis (inflamación de la esclera), la cual puede producir mucho dolor y molestias con la luz, o uveitis (inflamación de tejidos internos del ojo), que puede ocasionar visión borrosa, dolor y pérdida de visión.
Un 20% de personas afectadas por el Lupus, padecen de Síndrome de Sjögren o el Síndrome del ojo seco, con el cual, el volumen lagrimal normal disminuye considerablemente afectando, además de a la salud en general, a las partes externas del ojo, como la conjuntiva y la córnea.
El lupus puede llegar a tener impacto en el sistema nervioso central y provocar neuritis óptica y oclusiones vasculares retinianas, sobre todo en pacientes con los marcadores en sangre de anticuerpos antifosfolípidos. Cuando esto ocurre, es necesario tratar las obstrucciones vasculares y las trombosis venosas por lo que es conveniente acudir a uno de nuestros oftalmólgos para ello e incluir un tratamiento o terapia anticoagulante.