El iris es la parte coloreada del ojo. Hay dos colores principales: el azul y el marrón. El resto, son combinaciones de estos dos.

En contra de lo que se pueda creer, no todos los bebés nacen con los ojos azules. La mayor parte de los africanos o asiáticos, nacen con los ojos oscuros, casi negros. Y si la mayor parte de los bebés de origen caucásico nacen con los ojos azules, es porque los pigmentos del iris no se han activado todavía y, por tanto, al ser transparente, vemos el fondo profundo del iris que es naturalmente de color azul grisáceo.

En el cambio a un color definitivo se produce durante los primeros meses de vida. Se debe a un pigmento oscuro, la melanina, presente también en la piel y en el pelo. Si nuestros ojos son verdes, azules o color avellana, es el resultado de una concentración más o menos elevada del pigmento marrón

Durante mucho tiempo se tenía la creencia de que el color de los ojos era el resultado de sumar el gen “color de ojos” del padre y de la madre. Digamos que el color de ojos es el resultado de una asociación un poco más compleja de muchos genes. El número de combinaciones y probabilidades es infinito, siempre aplicando y entendiendo las leyes de la genética. Esto explica que unos padres con los ojos marrones puedan tener un niño con los ojos claros.

Podemos incluso tener colores diferentes en el iris, e incluso diferencia de colores entre los dos ojos, lo que se conoce como heterocromía.

Biometría: identificación por el iris

¿El reconocimiento por iris es una técnica infalible? Una cosa es segura: nuestro ojo es único y la posibilidad de encontrar un doble en el mundo es prácticamente imposible. Esta particularidad interesa particularmente a las sociedades especializadas en biometría. Sin embargo, contrariamente a lo que podríamos pensar, el color de los ojos no interviene en el proceso de identificación biométrica. Realmente, la que es única es la estructura de nuestro iris: compuesta por 6.000 fibras dispuestas en rayos alrededor de nuestra pupila, más o menos apretadas, constituyen una trama única para cada ojo.

El método más conocido de identificación biométrica es la huella digital. Pero, cada vez más, se está utilizando el reconocimiento por el iris. Una vez escaneado de cerca por una aparato de infrarrojos, la información sobre el iris se almacena en una base de datos, que permitirá posteriormente identificar a la misma persona.

El iris es, por tanto, un elemento perfecto para la biometría, pero la dificultad para obtener imágenes precisas retardó su utilización a gran escala.

Aniridia: ausencia de iris

El iris es un tejido muscular que se contrae y dilata, permitiendo así regular la cantidad de luz que penetra en el interior del ojo (más o menos como el diafragma de una cámara fotográfica).

Aunque son raras, algunas patologías pueden afectar al iris. La más frecuente es la aniridia: una enfermedad del ojo, bilateral y poco frecuente. Si bien aniridia significa ausencia de iris, siempre existe un iris rudimentario.  Esta malformación genética afecta a uno de cada 60.000 recién nacidos. Puede ser hereditaria o debida a una alteración genética.