El reconocimiento de iris es un método automatizado de identificación biométrica, que emplea técnicas matemáticas para reconocimiento de patrones en imágenes de vídeo de los ojos de un individuo.

El iris es la parte coloreada del ojo. Si observamos el globo ocular de cerca, en su superficie se puede observar líneas que forman un patrón particular, que es único en cualquier persona y diferente para cada ojo. Es muy complejo y al igual que las huellas dactilares, prácticamente no cambia con el tiempo. La biometría son las medidas biológicas, o características físicas, que se pueden utilizar para identificar a las personas.

¿Es una técnica infalible?

Una cosa es segura: nuestro ojo es único y la posibilidad de encontrar un doble en el mundo es prácticamente imposible. Sin embargo, contrariamente a lo que podríamos pensar, el color de los ojos no interviene en el proceso de identificación biométrica. Realmente, la que es única es la estructura de nuestro iris: compuesta por 6.000 fibras dispuestas en rayos alrededor de nuestra pupila, más o menos apretadas, constituyen una trama única para cada ojo.

El método más conocido de identificación biométrica es la huella digital. Pero, cada vez más, se está utilizando el reconocimiento por el iris. Una vez escaneado de cerca por un aparato de infrarrojos, la información se almacena en una base de datos, que permitirá posteriormente identificar a la misma persona.

Aniridia: ausencia de iris

El iris es un tejido muscular que se contrae y dilata, permitiendo así regular la cantidad de luz que penetra en el interior del ojo (más o menos como el diafragma de una cámara fotográfica).

Aunque son raras, algunas patologías pueden afectar al iris. La más frecuente es la aniridia: una enfermedad del ojo, bilateral y poco frecuente. Si bien aniridia significa ausencia de iris, siempre existe un iris rudimentario.  Esta malformación genética afecta a uno de cada 60.000 recién nacidos. Puede ser hereditaria o debida a una alteración genética.

 

Grupo Vista Oftalmólogos.