La  heterocromía es una anomalía en la que los ojos presentan diferentes tonalidades de color. Puede ser congénita o adquirida.

Es conocida en oftalmología como heterochromia iridum; puede afectar igualmente al cabello y a la piel, aunque lo más común es que afecte a los ojos. Existen varios tipos en función del espacio que ocupe en el ojo:

  • Heterocromía Completa. Consiste en tener un color diferente en cada uno de los dos iris. No es muy común en humanos. Suele presentarse más en los animales, sobre todo en gatos.
  • Heterocromía Parcial: Afecta a una parte del iris. Un mismo ojo presenta tonalidades de distinto color.
  • Heterocromía Central: La parte central del iris tiene un color diferente al de la parte media o periférica. Forma una especie de anillo alrededor de la pupila. Este tipo es más común. Se consideraría como verdadero al color del anillo exterior, mientras que la parte central del iris muestra el color afectado.

La heterocromía puede tener una causa congénita o adquirida. La forma adquirida  puede ser consecuencia de un traumatismo, un golpe recibido en el ojo o inflamación del globo ocular consecuencia de otras condiciones médicas, entre otros. Cuando la heterocromía es adquirida, se debe realizar un completo análisis del ojo (y del resto del cuerpo), para identificar la causa y comenzar el tratamiento adecuado, descartando especialmente la presencia de algún tipo de tumor en el ojo. La forma congénita es la más rara, y está presente desde el nacimiento. Puede estar asociada con algunas enfermedades raras como la neurofibromatosis, el Síndrome de Waardenburg o el Síndrome de Claude-Bernard-Horner. Este tipo de heterocromía la vemos habitualmente en gatos y en algunas razas de perros como el Husky Siberiano, Dálmata o Gran Danés.

 

Grupo Vista Oftalmólogos.