Con estos fenómenos visuales percibimos la realidad de manera incierta o errónea. Son una distorsión de la percepción.
En el siglo XIX, las ilusiones ópticas comenzaron a ser analizadas en mayor profundidad. Estos estudios revelaron que nuestro cerebro tiende a sacar conclusiones, a veces demasiado rápido, dada la cantidad de información que percibe por segundo. Las causas de estas percepciones erróneas pueden ser:
- Fisiológicas. Debido a algún error en el funcionamiento de la vista.
- Cognitivas. Debido a una reconstrucción errónea del cerebro de aquello que vemos.
Una de las ilusiones ópticas más conocidas es la Rotsnake o serpiente rotativa, diseñada por el psicólogo japonés Akiyoshi Kitaoka. Una ilusión visual basada en la teoría de la Persistencia retiniana, creando así la sensación de movimiento. El ojo percibe desplazamiento rotativo, pero en realidad no lo hay.
La ilusión autocinética o movimiento aparente. Se trata de una ilusión óptica en la que una imagen estática parece estar expandiéndose. El truco está en utilizar líneas paralelas formando un dibujo con otras en forma de aguja. El contraste de los colores blanco y negro hacen el resto. Prueba a fijar tu mirada en el centro del dibujo durante unos segundos sin parpadear, verás el efecto de una pupila dilatándose poco a poco.
Las estructuras imposibles. Inspirada en la Escalera de Penrose, conocida también como «escalera infinita» o «imposible«, es una ilusión óptica basada en la perspectiva. Una estructura que no se podría construir en la realidad ya que, según el punto de vista que se elija, no pararíamos nunca de bajar o de subir. A simple vista, nuestro cerebro interpreta que la figura que observamos podría ser real. Pero si nos fijamos detenidamente, es imposible.
La curvatura ciega ¿Dirías que las líneas horizontales de esta imagen son paralelas? Pues, aunque no lo parezca, sí. Aunque las lineas son paralelas, los cuadrados negros que se asientan entre ellas provocan una sensación de oblicuidad.
Es muy difícil instruir al cerebro para que perciba la realidad tal cual es. Las ilusiones ópticas desafían a nuestros ojos y desorientan al cerebro de tal manera que provocan fascinación en aquel que las mira.