Desde 1982, este avión hospital ha tratado de problemas oculares a más de 23 millones de personas.
Orbis es una de las más grandes organizaciones benéficas en el ámbito de la oftalmología en todo el mundo, que practica más de 10 millones de tratamientos en un sólo año, más de 23 millones desde 1982. El nuevo Flying Eye Hospital (Hospital Volante de Ojos), de tercera generación, un avión único que juega un papel esencial en la lucha contra la ceguera evitable, se sitúa en la cúspide de la innovación médica. A primera vista, es un avión como cualquier otro, pero en el interior hay una sala de operaciones de primer nivel, con un equipo audiovisual que transmite las operaciones en directo a los estudiantes en prácticas en una clase de 46 plazas, situada en la parte delantera del avión. También cuenta con espacios pre y postoperatorios y una sala láser para los ojos.
El Flying Eye Hospital permite a un equipo mundial de voluntarios compuesto por expertos en oftalmología, los más reputados del mundo, formar a los profesionales de la medicina a escala local, dejando un impacto sostenible para las generaciones venideras.
Partimos del hecho de que 39 millones de personas son ciegas en el mundo y que el 80% de ellas podrían no serlo si hubieran recibido la atención adecuada. Orbis International la fundaron en Nueva York en 1982 un piloto y un oftalmólogo que convencieron a United Airlines para que diese un avión Douglas DC-8 que fuese adaptado como hospital con profesionales voluntarios. Desde entonces han tratado a 23,3 millones de personas en 92 países.
Cuatro o cinco veces por año Orbis International, con base en Nueva York recorre el planeta para ayudar a los pueblos desfavorecidos a recuperar la vista, a tratar las cataratas, el glaucoma y otros problemas oculares. Este hospital volante permanece entre dos y cuatro semanas de media en cada destino. Sólo en 2013, por ejemplo, se formaron en él 22.000 médicos y enfermeros, y realizaron 75.000 operaciones oftalmológicas a bordo y trataron a cerca de 6 millones de personas.
Los aeropuertos de África, América del Sur y Asia son los destinos habituales. David Bennet, jefe de Programas de Orbis, cuenta que los voluntarios a menudo tienen que tratar con curanderos, medicastros, religiosos y hasta brujas. «La medicina moderna, a veces, genera suspicacia pero intentamos explicarles qué hacemos y cómo para crear vínculos y confianza», explica el programador de la organización.
Esta maravillosa forma de cambiar la mirada del mundo, que cuenta con el patrocinio de Omega desde 2011, se financia gracias a las donaciones esencialmente de particulares, empresas y fundaciones y del gobierno americano.
Las partes del Flying Eye. 1. Pasaje. 2.Administración. 3.Sala audiovisual. 4.Tratamientos láser.
5.Sala de observación. 6.Operaciones. 7.Esterilización. 8.Sala de recuperación.
Video documental: El hospital del cielo