Cada vez es más evidente para un buen número de entrenadores y deportistas, que la visión y el deporte están íntimamente ligados. Poco a poco se han ido integrando los entrenamientos visuales en los programas de sus deportistas de élite.

Cada deporte tiene unas exigencias visuales propias: percepción de la profundidad, visión periférica, coordinación ojo-mano, etc. Todos los deportes presentan retos visuales únicos: deslumbramientos, viento, niebla…, y mucho contacto con objetos en movimiento. Para una práctica deportiva competitiva, deberemos vencer todas esas exigencias. A continuación, podrás descubrir qué competencias visuales son esenciales en cada deporte.

Deportes de pelota.

  • Beisbol. El tamaño y el color de la pelota, y las condiciones de iluminación variable durante el juego, plantean situaciones especiales. Los jugadores necesitarán tener una visión clara y estable, visión periférica. También, percepción de la profundidad y una percepción exacta.
  • Baloncesto. Iluminación brillante del campo, movimiento constante, la necesidad de calcular precisamente las distancias, requieren una estabilidad visual en condiciones dinámicas, visión periférica, percepción de la profundidad y capacidad de concentración.
  • Golf. El cálculo constante de distancias, la alfombra verde y los alineamientos permanentes, necesitan de una agudeza visual total. El golf exige igualmente una coordinación ojo-mano excelente.
  • Fútbol. Para reaccionar rápidamente en unas condiciones de juego dinámicas, los jugadores necesitarán una buena consciencia periférica, agudeza visual dinámica y la coordinación ojo-pie.
  • Tenis. Los retos especiales de este deporte incluyen una concentración visual prolongada y la necesidad de detectar el movimiento de la bola casi instantáneamente. Esto exige agudeza visual fuerte, tanto estática como dinámica. Recomendable utilizar gafas de protección.

Otros deportes.

  • Running. Los corredores tienen multitud de puntos focales alejados y deben tener una buena agudeza visual dinámica. Además, deben enfrentarse al viento y a todo tipo de deslumbramientos.
  • Esquí. A la nieve, el viento, el frío y la luminosidad, hay que añadir un bajo nivel de oxígeno y una exposición intensa a los rayos ultravioletas en condiciones dinámicas. Estos factores crean una amplia demanda visual. Imprescindible contar con una máxima protección contra los rayos ultravioletas.
  • Natación. Los nadadores necesitan una visión clara y estable. Es imprescindible utilizar gafas de natación para minimizar la irritación de los ojos.
  • Canoa. Para calcular la verdadera profundidad del agua, hasta la lectura detallada de pantallas, practicar canoa exige una visión clara y estable. Atención a la protección contra los deslumbramientos.
  • Ciclismo. Los ciclistas adoptan una posición extraña entre la cabeza y los ojos. Sin embargo, deben estar en disposición de leer informaciones detalladas en distintos formatos. Se necesita una agudeza dinámica y una sensibilidad al contraste. Es muy importante la protección de los ojos frente al viento y a los pequeños objetos.
  • Patinaje artístico. Exige una alta coordinación ojo-mano, cuerpo-pie. Es necesario tener una visión clara y estable, para mantener la estabilidad.
  • Pesca. Necesita de una visión de cerca para manipular determinados aparejos y una buena agudeza visual tanto estática como en movimiento.
  • Senderismo. A determinada altitud, se reciben menos oxígeno y más luz ultravioleta. Es necesario utilizar la máxima protección ocular frente a los rayos UVA.
  • Hockey. Los jugadores necesitan de una toma de consciencia constante de su espacio próximo respecto a los oponentes y a la pastilla, siempre en condiciones de alto dinamismo. Exige una agudeza visual dinámica, capacidad de concentración y capacidad de percepción de la profundidad. Dada la agresividad de este deporte, es imprescindible proteger los ojos.

 

Grupo Vista Oftalmólogos.